Lista de confesiones.

(Nota: Esta es una lista de confesiones preparadas por Joyce Meyer
Están basadas en escrituras de la Biblia y ella empezó confesarlas sobre su vida a principios de los años 80.)


Yo amo a todas las personas, y ellas me aman a mí.

Yo prospero en todo lo que toco.

Tengo prosperidad en todas las áreas de mi vida- espiritualmente, financieramente, mentalmente y socialmente.

Todos mis hijos tienen muchos amigos cristianos, y Dios ha escogido un (a) esposo (a) cristiano (a) para cada uno de ellos.

Todos en mi casa estamos bendecidos.
Somos bendecidos al salir y al entrar.

Yo cuido mucho mi cuerpo, me alimento bien, me miro bien, me siento bien y peso lo que Dios quiera que pese.

Yo opero en todos los dones del Espíritu Santo,
que son lenguas e interpretación de lenguas, milagros, discernimiento de espíritus, la palabra de fe, la palabra de ciencia, la palabra de sabiduría, dones de sanidades y profecía.

Yo conozco la vos de Dios, y siempre obedezco lo que Él me dice.

El amor de Dios ha sido derramado en mi corazón por el Espíritu Santo.

Yo hago todo mi trabajo con excelencia y gran prudencia – utilizando de la mejor manera mi tiempo.

Yo soy creativa porque él Espíritu de Dios mora en mí.

Me gusta orar. Me gusta alabar y adorar a Dios.

Yo me he propuesto que mi lengua no cometa transgresión.

Yo declararé la justicia de Dios todo el día.

Yo me he humillado a mi misma, y Dios me ha exaltado.

Yo soy una dadora. Más bienaventurado es dar que recibir. ¡Me gusta dar! Tengo suficiente dinero como para poder dar todo el tiempo.

Yo echo todas mis preocupaciones y cuidados al Señor porque Él cuida de mí.

Yo no doy lugar al diablo en mi vida.

Yo resisto al diablo y él huye de mí.

Yo no tengo un espíritu de miedo o temor, sino de poder y amor y dominio propio.

Yo no tengo miedo de las caras de las personas.

Yo no le tengo miedo a la furia del hombre

Yo soy una nueva criatura en Cristo: las cosas viejas pasaron, he aquí todas hechas son nuevas.

Yo he muerto, y he sido resucitada con Cristo y ahora estoy sentada en lugares celestiales.

Yo estoy muerta al pecado y viva a la justicia.

Yo soy una hacedora de la Palabra.

Yo medito en ella todo el día.

Yo no soy pasiva acerca de nada, sino que trato con todas las áreas de mi vida inmediatamente.

Yo no juzgo a mis hermanos y hermanas en Cristo según la carne. Yo soy una persona espiritual y no soy juzgada por nadie.

Yo traigo cautivo todo pensamiento a la obediencia de Cristo, derribando todo argumento que se exalta así mismo en contra del conocimiento de Dios.

Yo soy una persona responsable. Disfruto las responsabilidades, y me levanto a cada responsabilidad en Jesús.

Yo he sido libertada. Soy libre para amar, para adorar, y para confiar sin temor de ser rechazado o herido.

Yo tengo compasión y entendimiento de todas las personas.

Yo sorprendo al diablo en todas sus mentiras engañosas. Desecho las mentiras y decido creer en la Palabra de Dios.

Yo estoy ungida por Dios para el ministerio. ¡¡Aleluya!!

El trabajo es bueno. Yo disfruto trabajar. ¡¡Gloria!!

Tengo un espíritu enseñable.

Yo no pienso más alto de mí misma de lo que debería hacerlo en la carne.

El dolor no vendrá exitosamente contra mi cuerpo ya que Jesús llevó todas mis dolencias.

Yo soy una maestra de la Palabra.

Yo pongo mis manos sobre los enfermos, y ellos se recuperan.

Yo hago lo que dije que iba a hacer, y llego a tiempo a donde voy.

No hago las cosas a la carrera, y hago una cosa a la vez.

Dios abre mi boca, y ningún hombre me la puede cerrar. Dios cierra mi boca y ningún hombre la puede abrir.

La ley de bondad está en mi lengua.
Mi tocar es dócil.
Misericordia y compasión están en mi oír.

Como es el pensamiento en el corazón del hombre, así es él; entonces, todos mis pensamientos son positivos.

No dejaré que el diablo use mi espíritu como su tarro de basura al meditar en las cosas negativas que él me ofrece.

Yo soy una creyente, no alguien que duda.

Ningún arma forjada contra mí prosperará, si no que reprenderé toda lengua que se levante contra mí en juicio,

Soy lenta para hablar, rápida al oír, y lenta para la ira.

Echo afuera al diablo y los demonios; nada mortal puede herirme.

Yo nunca ataré a ninguno de mis hermanos o hermanas con palabras de mi boca.

Yo siempre daré aliento positivo. Edificaré y levantaré; nunca derribaré o destruiré algo.

Yo clamaré a Dios Altísimo que hace las cosas en mi beneficio y me galardona.

Mi hijo (nombre) tiene una dulce personalidad, y no es rebelde.

Yo no hablo cosas negativas.

A mis hijos les gusta orar y estudiar la Palabra.
Ellos alaban a Dios abiertamente y con osadía.

Mis hijos toman buenas decisiones de acuerdo a la Palabra de Dios.

Yo soy una esposa obediente, y ninguna rebelión opera en mí.

Mi esposo es sabio. Él es el rey y sacerdote de nuestro hogar.
Él toma decisiones piadosas.

Yo uso mi tiempo sabiamente. Todo mi tiempo de oración y estudio es invertido sabiamente.

Yo camino en el espíritu todo el tiempo.

Mi auto está cancelado en totalidad.

Soy rica – muy rica.

Me gusta bendecir a la gente y anunciar por todo lado el Evangelio.Soy una intercesora.

Yo recibo cada día, personalmente, por teléfono o por correo, compromisos para dar charlas.

Mi hija (nombre) camina con sabiduría, disciplina, y está llena de energía.

Yo terminé de arreglar mi casa.

Yo tengo un lindo anillo de matrimonio.

Yo tengo todos los muebles nuevos que necesito. Tengo un carro nuevo.

Yo no me siento cansada ni fatigada cuando estudio la Palabra de Dios, ni cuando oro, ministro o alabo a Dios; sino que estoy alerta y llena de alegría. Y mientras más estudio, me siento más alerta y con más energía.

Yo tengo el deseo de estudiar la Palabra de Dios. Yo deseo orar.

Mi esposo puede ver perfectamente. Por las llagas de Jesús, él fue sanado.

Yo no odio a nadie, y no camino en falta de perdón.

Yo no temo. No soy culpable.


* Quién soy en Cristo
Yo estoy completo en él, que es la cabeza de todo principado y potestad (Colosenses 2:10).
Yo estoy vivo con Cristo (Efesios 2:5).

Yo soy libre de la ley del pecado y de la muerte (Romanos 8:2).

Yo estoy lejos de la opresión, el temor no se acerca a mí (Isaías 54:14).

Yo soy nacido de Dios y el maligno no me toca (1Juan 5:18).

Yo soy santo, sin mancha delante de Él en amor (I Pedro 1:16; Efesios 1:4).

Yo tengo la mente de Cristo (Filipenses 2:5; I Corintios 2:16).

Yo tengo la paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento (Filipenses 4:7).

Yo tengo al mayor viviendo dentro de mi; mayor es el que está en mí que el que está en el mundo (I Juan 4:4).

Yo he recibido el don de la justicia y reino en vida como un rey por Jesucristo (Romanos 5:17).

Yo he recibido el espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de Jesús, los ojos de mi entendimiento han sido alumbrados. (Efesios 1: 17-18).

Yo he recibido el poder del Espíritu Santo para imponer manos sobre los enfermos y verlos recuperarse, para expulsar demonios y para hablar nuevas lenguas. Tengo poder sobre toda fuerza del enemigo y nada me dañará (Marcos 16: 17,18; Lucas 10; 17,19).

Yo me he despojado del viejo hombre y me he revestido del nuevo, el cual es renovado en el conocimiento conforme a la imagen de aquel que me ha creado (Colosenses 3: 9,10).

Yo he dado, y se me ha dado a mí; medida buena, apretada remecida y rebosando darán en mi regazo (Lucas 6: 38).

Nada me hace falta, pues mi Dios suplirá todo lo que me falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús (Filipenses 4:19).

Con el escudo de la fe puedo apagar todos los dardos del fuego del maligno (Efesios 6:16).

Todo lo puedo Cristo que me fortalece (Filipenses 4:13).

Yo hare aún mayores obras que las que hizo Jesús. (Juan 14:12).

Yo voy adelante anunciando las virtudes de aquel que me llamó de las tinieblas a su luz admirable (I Pedro 2:9).

Yo soy hija de Dios-renacida de la semilla incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanence para siempre ( I Pedro 1:23).

Yo soy hechura suya, creada en Cristo Jesús para buenas obras (Efesios 2:10).

Yo soy una nueva criatura en Cristo (II Corintios 5:17).

Yo soy un espirítu que vive para Dios.(I Tesalonisenses 5:23, Romanos 6:11).

Yo soy una creyente y la luz del evangelio brilla en mi mente. (II Corintios 4:4).

Yo soy una hacedora de la palabra, soy bienaventurada en lo que hago (Santiago 1:22,25).

Yo soy una coheredera con Cristo (Romanos 8:17).

Yo soy más que vencedora por medio de aquel que me amó (Romanos 8:37).

Yo soy vencedora por medio de la sangre del Cordero y de la palabra de mi testimonio (Apocalipsis 12:11)

Yo participo de Su naturaleza divina (II Pedro 1:3,4).

Yo soy una embajadora de Cristo (II Corintios 5:20)

Yo soy parte del linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios (I Pedro 2:9).

Yo soy la justicia de Dios en Cristo Jesús (II Corintios 5:21).

Yo soy el templo del Espirítu Santo y no me pertenezco (I Corintios 6:19).

Yo soy la cabeza y no la cola; estaré solo encima solamente y no por debajo (Deutoronomio 28:13).

Yo soy la luz del mundo (Mateo 5:14).

Yo soy escogida, llena de misericordia, bondad, humildad y mansedumbre. (Romanos 8:33; Colosenses 3:12).

Yo he sido perdonada de todos mis pecados y lavada por la sangre (Efesios 1:7).

Yo soy librada de la potestad de las tinieblas y transladada al reino de Dios (Colosenses 1:13).

Yo soy redimida de la maldición del pecado, la enfermedad y la pobreza (Gálatas 3:13;
Deutoronomio 28:15-68).

Yo estoy arraigada y sobre edificada en Él; confirmada en la fe y abundo en acciones de gracia (Colosenses 2:7).

Yo fui llamada de Dios para ser la voz de Sus alabanzas ( II Timoteo 1:9; Salmo 66:8).

Yo fui curada por las llagas de Jesús (I Pedro 2:24; Isaáas 53:5).

Yo he resucitado con Cristo y estoy sentada en lugares celestials (Colosenses 2:12; Efesios 2:6)

Yo soy grademente amada por Dios (Colosenses 3:12; Romanos 1:7; I Tesalonisenses 1:4; Efesios 2:4).

Yo soy fortalecida con todo poder, conforme a la potencia de Su gloria (Colosenses 1:11).

Yo me someto a Dios, el Diablo huye de mi porque yo lo resisto en el nombre de Jesús( Santiago 4:7).

Yo prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús (Filipenses 3:14).

Porque Dios no nos ha dado el espirítu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio (II Timoteo 1:7).

Yo no vivo hoy, más Cristo vive en mí (Gálatas 2:20).


BENDICIONES ; TABITA D TIJUANA B.C. NORTE

perla_45_1@hotmail.com


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