SENCILLOS PASOS PARA ORAR CON LA BIBLIA

PRIMERO: Escoge un texto de la Sagrada Escritura। Ten también una pluma del color que más te ayude y una reglita o tarjeta que puedes usar para subrayar las palabras, o frases que más te vayan “llegando” al alma, a tu ser entero

SEGUNDO: Has un silenciamiento. Una vez que ya escogiste el texto, ponte en posición orante con el ser entero al Señor, con humildad, bien sentado oh arrodillado (a) con tus pies bien puestos en el piso si puedes, tu cabeza recta, tus brazos y manos descánsalos sobre tus piernas, con tus palmas hacia abajo o hacia arriba y cierra tus ojos.Ve soltando todo lo que está tenso de tu cuerpo, desde la punta de tu cabeza hasta la punta de tus pies. Ve recorriendo tu frente, tus párpados y ojos, los pómulos de tu cara, y si hay algo tenso, suéltalo, No aprietes los dientes. Recorre tu cuello y sin moverlo suelta interiormente los músculos tensos; suelta tus hombros no los tengas tensos. Recorre todo tu tronco y suelta tu pecho, tu espalda, tu estómago e interiormente suelta tu corazón que como músculo puede estar encogido o tenso. Has lo mismo con tus pulmones e intestinos. Y así ve bajando por todo tu tronco hasta llegar a tus piernas y pies y si hay algo tenso, suéltalo.Ya que has preparado tu naturaleza para el Señor, seguimos....

TERCERO: Invoca al Espíritu Santo. En fe adulta, esa que confía plenamente en la fidelidad del Señor, ábrete al que es el Amor Verdadero y entregándole lo que no te deja estar con El (tu tristeza, tu miedo o preocupación, tu prisa o ansiedad), dile con tu mente y corazón en silencio (si está alguien cerca de ti) o en voz alta si estás sólo: “Espíritu Santo, lléname de ti”. “Oh Espíritu de Amor, sumérgeme en Dios, sumérgeme en Ti”. Ve dejando que el Espíritu del Señor, te llene de su paz, de su luz, de entrega para estar con El. Puedes hacerlo al ritmo de tu respiración: al inspirar dile con mucha fe: “Espíritu Santo”, y al sacar lentamente el aire en completo silencio dile:” Lléname de ti”.Y ¿Cuántas veces harás esto, o cuánto tiempo?. Las veces que necesites, el tiempo que necesites.

CUARTO: Comienza a leer tranquilamente, sin prisas. Al abrir tus ojos, comienza tu Lectura Sagrada. Lee lentamente sin tratar de “sentir algo especial”, sino lee para “escuchar” al Señor tu Dios en su Palabra, en fe, en serenidad y paz, aunque te “sientas árido o impotente para orar, ¡no importa¡, déjate purificar, déjate enseñar por tu Maestro, en la perseverancia, en la paciencia, en humildad, en fe, que “no es sentir bonito” sino saber que Dios está contigo, que Dios es contigo, que El, siempre es fiel.Al ir leyendo, no trates tanto de “entender” intelectualmente; no te violentes, lee con el corazón, y mira en la fe, qué te está queriendo decir el Señor Dios, HOY, AQUÍ Y AHORA a ti, -no al vecino o a quien vive en casa o te hizo daño- con esas palabras divinas que estás leyendo.

QUINTO: Si hay algo que no entiendas o que “no te diga mucho” no pierdas la paz y sigue adelante, con gran libertad. Y ¿si hay algo que te “llega fuerte”, qué hacer?, saborea esa palabra o frase, como cuando relames el más sabroso de los dulces que no quieres que se te acabe, así has con eso que te ha llegado al corazón, incluso puedes hasta subrayarlo y luego puedes cerrar tus ojos, quedándote en tu corazón con el Señor Jesús, con el Padre por medio de su Amor, amándole y dejándote amar en la fe adulta, por ese Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo que no desea más que tu bien.Si en la lectura que lees, aparecen nombres propios como Israel, Efraín, Abraham, Moisés, Tito, Timoteo, Pablo etc, cámbialos por tu nombre, pues es el Señor quien se dirige a ti. Si la Lectura no te dice nada, quédate tranquilo (a) en paz, pues puede suceder que ese mismo pasaje, otro día “te diga mucho” pues recuerda: DIOS ES GRACIA Y LA HORA DE DIOS NO ES NUESTRA HORA.
Necesitarás paciencia, perseverancia y esperanza.Recuerda que vas a meditar más con el corazón. La finalidad de la lectura orante es hacer tu mente, como la “mente” de Dios y es ir marcando con la gracia de Dios, en el corazón, lo que El desea de ti. Y El desea que ames, que perdones, que seas como JESÚS.

SEXTO: Puedes anotar en tu libreta o diario los versículos que te hayan ayudado más, anotando las citas bíblicas de donde los sacaste

.SÉPTIMO: Da gracias a Dios. Al final, cierra tus ojos para agradecer al Señor, el tiempo que te ha permitido estar con El, aún en medio de distracciones y luchas pues es normal, a todos nos pasa.

OCTAVO: Durante todo el día, permite que siga resonando lo que Dios te dijo en su Palabra, y ¡vívelo! Con su gracia. Di en tu corazón para todo: ¡Qué harías tú Jesús en mi lugar!.

SE HACEDOR, HACEDORA DE LA PALABRA.PODEMOS RESUMIR TODO LO QUE HEMOS DICHO SOBRE CÓMO ORAR ANTE LA PALABRA, en cuatro puntos sencillos y son los siguientes:
1.- Lectura de las cosas de Dios.

2.- Meditación rumiar, bajar al corazón, al ser entero la Palabra, respirando siempre tranquilamente.

3.- Oración es decir, estar a solas en tu interior en la fe adulta, con quien sabes que te ama infinitamente así como eres.

4.- Contemplación que es amar y dejarse amar por Él. Y le amamos porque Él, nos amó primero dice el evangelista Juan.

perla_45_1@hotmail.com

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