Dios, nuestro amigo

Leer Juan 14:21-24

Las relaciones deberían ser una calle de doble sentido. Sin embargo, como cristianos, a veces queremos ser quienes lo reciban todo, para que Dios sea quien lo dé todo. Si deseamos ser creyentes productivos, tenemos que aceptar nuestra responsabilidad en el pacto que Dios hizo con nosotros en el momento de salvarnos. Buscar la intimidad con Dios. El cristianismo pudiera parecer más fácil si lo único que hiciéramos es llenarnos la cabeza de conocimiento espiritual. Sin embargo, las relaciones verdaderas son alimentadas por la comunicación. Por medio del estudio de la Biblia y de la oración, debemos tomar la iniciativa de conocer la voluntad y los planes de Dios. Proteger la intimidad con Dios. Para proteger nuestra intimidad con Dios, debemos ser obedientes. Cuando desobedecemos, la relación entre nosotros y el Señor se debilita porque estamos buscando otra cosa fuera de Él. Ninguna persona o ideología puede satisfacer el deseo de nuestro corazón, como el servir al Señor. Transmitir la buena nueva de nuestra intimidad con Dis. El mejor regalo que podamos dar a las personas cercanas a nosotros, es lo que pensamos de nuestra amistad con Dios. Cuando hablamos de Él con nuestros hijos o con nuestros compañeros de trabajo, estamos sembrando el deseo por conocer a Dios en sus corazones. Nuestra familia y nuestros amigos querrán tener esa clase de relación íntima con el Dios todopoderoso que nosotros tenemos. Dios le ha creado a usted, le ha salvado y le ha dado un hogar eterno. Ésa es la clase de amistad que cualquier persona debería desear para agradar y servir. Devuélvale al Señor un poco de lo que Él le pide: su tiempo, su obediencia y su testimonio.
Leer Juan 14:21-24

Las relaciones deberían ser una calle de doble sentido. Sin embargo, como cristianos, a veces queremos ser quienes lo reciban todo, para que Dios sea quien lo dé todo. Si deseamos ser creyentes productivos, tenemos que aceptar nuestra responsabilidad en el pacto que Dios hizo con nosotros en el momento de salvarnos. Buscar la intimidad con Dios. El cristianismo pudiera parecer más fácil si lo único que hiciéramos es llenarnos la cabeza de conocimiento espiritual. Sin embargo, las relaciones verdaderas son alimentadas por la comunicación. Por medio del estudio de la Biblia y de la oración, debemos tomar la iniciativa de conocer la voluntad y los planes de Dios. Proteger la intimidad con Dios. Para proteger nuestra intimidad con Dios, debemos ser obedientes. Cuando desobedecemos, la relación entre nosotros y el Señor se debilita porque estamos buscando otra cosa fuera de Él. Ninguna persona o ideología puede satisfacer el deseo de nuestro corazón, como el servir al Señor. Transmitir la buena nueva de nuestra intimidad con Dios. El mejor regalo que podamos dar a las personas cercanas a nosotros, es lo que pensamos de nuestra amistad con Dios. Cuando hablamos de Él con nuestros hijos o con nuestros compañeros de trabajo, estamos sembrando el deseo por conocer a Dios en sus corazones. Nuestra familia y nuestros amigos querrán tener esa clase de relación íntima con el Dios todopoderoso que nosotros tenemos. Dios le ha creado a usted, le ha salvado y le ha dado un hogar eterno. Ésa es la clase de amistad que cualquier persona debería desear para agradar y servir. Devuélvale al Señor un poco de lo que Él le pide: su tiempo, su obediencia y su testimonio.

perla_45_1@hotmail.com

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