¡Dios nunca se equivoca!

¿Cómo andan nuestra forma de hablar y de enfrentar la vida? ¿Cómo anda nuestra fe? ¿Cómo anda nuestra lectura diaria de La Biblia? Un llamado a vivir de manera diferente a la forma en que la gente de este mundo vive.
Laura Bermúdez
Como hijos de Dios y miembros de un reino espiritual que se rige bajo las normas y los principios divinos, somos llamados a vivir de una manera diferente a la forma en que la gente de este mundo vive. Nuestro vocabulario, nuestro comportamiento, nuestros valores han cambiado –por lo menos eso es lo que se espera de una nueva criatura según Las Escrituras–.A veces podremos parecer personas descolocadas de la realidad, ilusos, idealistas… si basamos nuestra perspectiva de la vida en lo que La Biblia declara, probablemente no encajemos con determinado tipo de gente. Para ilustrar esto presento una historia que leí hace un tiempo y que, además de simpática, me resultó bien gráfica. Acá va:Hace mucho tiempo, en un reino distante, vivía un rey que no creía en la bondad de Dios. Tenía, sin embargo, un súbdito que siempre le recordaba acerca de esa verdad. En todas las situaciones decía:– ¡Rey mío, no se desanime, porque todo lo que Dios hace es perfecto, Él nunca se equivoca! Un día el rey salió a cazar junto con su súbdito, y una fiera de la jungla lo atacó. El súbdito consiguió matar al animal, pero no evitó que su Majestad perdiese el dedo meñique de la mano derecha.El rey, furioso por lo que había ocurrido, y sin mostrar agradecimiento por los esfuerzos de su siervo para salvarle la vida, le preguntó:– Y ahora ¿qué me dices? ¿Dios es bueno? Si Dios fuera bueno yo no hubiera sido atacado, y no habría perdido un dedo.El siervo respondió:– Rey mío, a pesar de todas esas cosas, solamente puedo decirle que Dios es bueno y que, quizás, perder un dedo sea para su bien. Todo lo que Dios hace es perfecto. ¡Él nunca se equivoca! El rey, indignado con la respuesta del súbdito, mandó que fuera preso a la celda más oscura y fétida del calabozo.Después de algún tiempo el rey salió nuevamente a cazar, y fue atacado, esta vez, por una tribu de indios que vivían en la selva. Estos indios eran temidos por todos, pues se sabía que hacían sacrificios humanos para sus dioses.Inmediatamente después que capturaron al rey, comenzaron a preparar, llenos de júbilo, el ritual del sacrificio. Cuando ya tenían todo listo y el rey estaba delante del altar, el sacerdote indígena, al examinar a la víctima, exclamó furioso: – ¡Este hombre no puede ser sacrificado pues es defectuoso!... ¡Le falta un dedo!Entonces el rey fue liberado. Al volver al palacio, muy alegre y aliviado, el rey liberó a su súbdito y pidió que fuera a su presencia. Cuando vio a su siervo, lo abrazó afectuosamente y con emoción le dijo: – ¡Querido, Dios fue realmente bueno conmigo! Debes haberte enterado que escapé justamente porque no tenía uno de mis dedos. Pero ahora tengo una gran duda en mi corazón: si Dios es tan bueno, ¿por qué permitió que estuvieras preso cuando tanto lo defendiste?El siervo sonrió y dijo:– Rey mío, si yo hubiera estado junto con usted en esa caza, seguramente habría sido sacrificado en su lugar, ¡ya que no me falta ningún dedo! Por lo tanto, acuérdese siempre: todo lo que Dios hace es perfecto. ¡Él nunca se equivoca!
¡Cuántas veces los hijos de Dios bajamos la mirada a las circunstancias que nos rodean y nos quejamos de nuestra suerte como este rey incrédulo hacía! Pero qué bueno es encontrarnos con aquellos que saben ver el lado positivo, quienes declaran abiertamente que:·Si algo no se da es porque el Señor tiene algo mejor para nosotros,·que Él está en el control,·que no hay mal que por bien no venga,·que “a los que aman a Dios todas las cosas les ayudan a bien”, o, como traduce la NVI que “Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman” (Romanos 8:28).
Necesitamos juntarnos con personas de fe, la fe es contagiosa. Del mismo modo se pega el pesimismo y la queja, cuidémonos.Y recordemos que la mejor fuente –sino la única– de fe y optimismo cristianos es La Palabra de Dios. La lectura diaria, devocional, de corrido y meditada de La Biblia hará que nuestra fe crezca, que nuestra visión de la vida se enfoque según la óptica del cielo y que las circunstancias no sean nuestros enemigos crueles e implacables, sino que nosotros seamos señores y gobernantes sobre ellas. En cuanto a esto D. L. Moody decía: “Oraba yo pidiendo fe, y pensaba que algún día la fe caería sobre mí desde el cielo, como un rayo. Pero la fe no parecía venir. Un día leí en el capítulo diez de Romanos: ‘La fe es por el oír; y el oír por la palabra de Dios’. Antes cerraba mi Biblia y pedía fe, ahora abro mi Biblia y comienzo a estudiar, y desde entonces mi fe no ha cesado de crecer”.¿Cómo andan nuestra forma de hablar y de enfrentar la vida? ¿Cómo anda nuestra fe? ¿Cómo anda nuestra lectura diaria de La Biblia? La realidad muestra que las tres están unidas, van de la mano. Procuremos que la que guíe sea La Palabra.
con amor Tabita

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